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Tengo cáncer, ¿y ahora cómo lo cuento en mi trabajo?

Según datos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), casi la mitad (cuatro de cada diez) de las personas que recibieron un diagnóstico de cáncer en 2018 tenía menos de 65 años; es decir, se encontraba en edad laboral y tuvo que pedir una baja de larga duración. Una situación frente a la que solo están preparadas el 16% de las pequeñas y medianas empresas, según un estudio que ha elaborado de forma conjunta la compañía de seguros CIGNA y el centro hospitalario MD Anderson Cancer Center Madrid. Así, pese a que casi tres de cada cuatro (73%) empresas dicen estar capacitadas para dar apoyo a sus trabajadores ante un diagnóstico de cáncer, la realidad es que menos del 20% de las pequeñas y medianas empresas cuentan con políticas preestablecidas para la gestión de casos de cáncer.

Ante este escenario, tanto el paciente con cáncer como el familiar de paciente con cáncer se encuentran muy desprotegidos. De ahí que, tras la evaluación de la situación, CIGNA y MD Anderson Madrid se hayan puesto manos a la obra para elaborar un documento de consenso dirigido a directivos de recursos humanos que, a partir de una serie de recomendaciones acerca de cómo tratar el cáncer en la empresa, pretende ayudar a estos directivos a establecer políticas empresariales capaces de asegurar el bienestar de sus trabajadores.

Con este informe, ambas entidades buscan reducir el estrés extra que genera un diagnóstico de cáncer cuando además hay que comunicarlo en el entorno laboral. “Desde la empresa se puede mejorar la calidad de vida de los trabajadores que están en un proceso oncológico; el área laboral es un foco de preocupación para los pacientes y es importante abordarlo para reducir la angustia”, destaca Marta de la Fuente, responsable del Servicio de Psicooncología de MD Anderson Madrid y una de las personas implicadas en la elaboración de este documento.

Entre las iniciativas más útiles que contiene el documento, destaca el establecimiento de un programa de ámbito psicológico que ayude a estas personas a sobrellevar la situación. Además, una vez el paciente sea dado de alta, el documento recomienda favorecer una reincorporación paulatina y facilitar un horario de trabajo flexible, con opción a teletrabajo al menos durante los primeros meses.

Como herramientas de apoyo, el texto habla de la idoneidad de una comunicación periódica con el empleado para que este se sienta apoyado por su empresa mientras dure su complicado proceso personal. Además, el documento propone a las empresas la inclusión de una oferta de cursos de capacitación profesional para otros puestos laborales en los casos en los que, tras la enfermedad, no pueda desempeñar el mismo puesto de trabajo que venía desarrollando hasta ese momento.

Toda una serie de medidas claves para el paciente oncológico, quien considera el entorno laboral un aspecto muy importante, ya que le permite recuperar y/o mantener, según el momento del proceso, la normalidad de su vida diaria. Por ello, para facilitar en la medida de lo posible que esta vuelta a la rutina sea lo más normal posible, las empresas deben ser las primeras concienciadas y sensibilizadas con esta enfermedad.

Más allá de la gestión de casos de cáncer entre sus trabajadores, el estudio liderado por estas dos entidades señala que los departamentos de recursos humanos de las empresas deben tener también entre sus objetivos la promoción de hábitos de vida saludables y la prevención de factores de riesgo de desarrollo de enfermedades. Debido a su incidencia, estos programas de prevención deberían incluir el cáncer entre sus prioridades, algo que todavía no ocurre en la mayoría de las empresas.

Con el desarrollo de políticas como estas, se logrará que la comunicación de un diagnóstico de cáncer en el entorno laboral no suponga un episodio extra de estrés para el paciente y que el paciente sienta seguridad ante la posibilidad de un despido y tranquilidad ante la perspectiva de tener que reincorporarse a su puesto laboral. Una serie de medidas que van a redundar de forma directa en la mejora de la calidad de vida de pacientes y supervivientes de cáncer y que, unido a una mayor flexibilidad también para sus cuidadores, conseguirá que el cáncer sea cada vez más solo una circunstancia temporal.

Marta de la Fuente, responsable del Servicio de Psicooncología de MD Anderson Madrid.