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Cómo gestionar el aislamiento frente a la pandemia del COVID-19

El aislamiento decretado por las autoridades para hacer frente a la epidemia del coronavirus puede convertirse en una carga difícil de soportar. Se trata de un escenario completamente nuevo, lleno de una incertidumbre que no siempre es fácil de gestionar. Esto puede afectar al estado de ánimo de muchas personas que sienten cierto desasosiego, estrés y ansiedad, además de una sensación de vulnerabilidad al escuchar tantas informaciones y medidas como consecuencia de la pandemia del coronavirus.

“Para saber gestionar nuestro aislamiento social es muy importante saber gestionar primero nuestro estado emocional en estos momentos de tanta incertidumbre y de tanto estrés”, afirma Marta de la Fuente, responsable del Servicio de Psicooncología de MD Anderson Cancer Center Madrid, que nos da las claves para que estos días de cuarentena sean lo más llevaderos posible.

  • Mantener nuestras rutinas: para que podamos tener un buen bienestar físico y emocional es muy importante mantener una rutina de horarios que se acerque lo máximo posible a la normalidad. Igual que antes teníamos tiempo para trabajar, para descansar, para ocio, para la pareja… ahora igual. Debemos intentar hacer una rutina dentro del caos.
  • Evitar el aislamiento social: ya no podemos tener contacto físico con nuestros seres queridos, pero sí que podemos tenerla de una manera diferente, podemos tener contacto de forma virtual. Gracias a las nuevas tecnologías y aplicaciones que existen hoy en día podemos conseguirlo. Por ejemplo, si teníamos la costumbre de quedar con alguien después del trabajo o a medio día, hablemos por teléfono, o por videoconferencia. El uso del WhatsApp o el correo electrónico, sin duda, puede ayudarnos, siendo más aconsejable llamar por teléfono que enviar mensajes de texto.
  • Controlar las conversaciones: que nuestras llamadas o conversaciones no se centren todas en el coronavirus. Poned restricciones, no dedicar más de 10 minutos a hablar de este tema y retomar conversaciones del día a día. “Hablemos de cine, de libros, de nuestras inquietudes, compartirlas y no caer en el monotema puede ayudarnos”, comenta Marta de la Fuente. “Y no esperes a que te llamen, llama tú, planifícate para llamar a tu familia y amigos”.
  • Cuidar, atender a las personas solas: las personas que viven solas son más vulnerables a todo esto, es probable que lleven peor la situación con más sentimientos de soledad. Es importante estar cerca de ellas, llamarles con frecuencia, brindarles nuestro apoyo y éstas a su vez que se dejen ayudar. Debemos recordar que el motivo de este aislamiento es un motivo común para luchar con esta pandemia, tenemos la responsabilidad de quedarnos en casa, esa es nuestra manera de ayudar.  
  • No descuidar el aspecto: debemos mantener nuestro aseo personal igual que antes, no descuidarlo. Incluso la vestimenta, que sea lo más parecida a cuando salíamos a la calle, al trabajo. “Quizá no ponernos un traje, pero tampoco caer en el pijama y el chándal constantemente para no caer en esa desidia y apatía o desgana”, afirma de la Fuente.
  • Positivismo: con el objetivo de no caer en la desidia, debemos poner el foco en lo positivo. Diariamente debemos reforzarnos por lo que estamos consiguiendo cada día, repasemos los logros al final del día. Felicitarnos por lo bien que lo estamos haciendo y focalizamos en lo que estamos haciendo bien y no en lo que carecemos. No hablemos de cuánto nos queda sino de lo días que hemos superado.
  • Esta etapa puede ser una oportunidad: nuestra percepción a nivel mental puede cambiar si pensamos que esto puede ser oportunidad para nuestro crecimiento personal. Podemos dedicar el tiempo a hacer cosas pendientes que nunca podemos hacer, podemos estudiar para intentar crecer a nivel laboral o forjar unas relacionas más sanas o profundas si vivimos con alguien. En definitiva, podemos darle un significado diferente a esta situación.
  • Gestión del miedo al contagio: el miedo al contagio siempre va a estar ahí, pero para intentar mitigarlo, lo importante es no alimentar ese miedo y centrarnos en los datos objetivos y las recomendaciones que hace el Gobierno. Debemos disminuir cadenas de mensajes o bulos sobre el tema. Basta con que una vez al día nos actualicemos de los avances en torno a la noticia y no estar constantemente y de manera obsesiva buscando información. Debemos creernos solo lo que digan las fuentes oficiales del Gobierno, el resto genera más histeria y desinformación.