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Conservación de la fertilidad antes del tratamiento


La fertilidad de los pacientes puede verse afectada tanto durante el tratamiento oncológico —cuando un embarazo no deseado puede constituir un grave problema— como después, si el tratamiento del cáncer causa infertilidad. El problema puede resultar devastador cuando se desea tener hijos.

 

Es importante que sepa que debe evitar el embarazo durante la quimioterapia o la radioterapia y durante al menos seis meses después. Aunque el tratamiento del cáncer puede reducir el recuento de espermatozoides de los varones o hacer que desaparezca la menstruación de las mujeres, pese a todo puede ser posible el embarazo. Hable con su médico o enfermero sobre el método anticonceptivo idóneo para usted.

 

Los fármacos de quimioterapia y la radioterapia de la pelvis provocan cambios genéticos en los espermatozoides y los ovocitos (óvulos). Al principio del embarazo suelen malograrse los embriones que sufran daños genéticos. También existe el riesgo de tener un niño con un defecto congénito, pero son tan pocos los niños concebidos durante el tratamiento oncológico que no se dispone de estadísticas sobre este riesgo.

 

Si la mujer está embarazada y su marido recibe quimioterapia, el uso del preservativo impedirá que la medicación alcance al feto durante el coito. Por otra parte, durante los días inmediatamente posteriores al implante de semillas radiactivas para el cáncer de próstata, el varón pueden eyacular una semilla radiactiva en el semen. El médico le aconsejará sobre el momento adecuado para reanudar el coito con seguridad y sobre la necesidad de utilizar preservativo.

 

Los espermatozoides que se hayan visto expuestos a la quimioterapia o la radioterapia se habrán eyaculado ya entre 6 y 12 meses después del tratamiento. También los óvulos que estén lo bastante sanos para ser ovulados tendrán para entonces más probabilidades de estar indemnes. De hecho, tanto los óvulos como las células madre productoras de espermatozoides tienen cierta capacidad para reparar el daño genético durante los primeros años siguientes al tratamiento oncológico. Por lo demás, en embriones humanos son frecuentes los daños genéticos aunque ninguno de los progenitores haya recibido tratamiento contra el cáncer. Un tercio de los embarazos de muy poco tiempo se malogran debido a la existencia de una lesión genética en el embrión, a menudo sin que la mujer llegue a enterarse de la gestación.

La mujer que ya esté embarazada en el momento en que se le diagnostique el cáncer quizá pueda seguir con la gestación y dar a luz a un niño sano aunque necesite quimioterapia, sobre todo si el embarazo ha superado el primer trimestre, que es cuando se forman la mayor parte de los órganos. Esta situación se da en ocasiones en mujeres con cáncer de mama.

El tratamiento del cáncer puede afectar a la fertilidad de muchas maneras, ya que los medicamentos y tratamientos que actúan para destruir las células cancerosas también afectan a otras células, órganos y hormonas del organismo. Dadas las diferencias entre los pacientes, en los casos concretos el médico no puede predecir si el tratamiento contra el cáncer causará infertilidad o no. Por otra parte, los efectos del tratamiento oncológico pueden ser temporales o permanentes. Si se recupera la fertilidad, no siempre será al momento.

La fertilidad después del tratamiento antineoplásico dependerá de la edad que se tenga en el momento de recibir dicho tratamiento, especialmente en mujeres; del tipo de tratamiento; del tipo y la dosis de los fármacos utilizados; de la cantidad de radiación y la zona radiada; del tipo y la magnitud de la intervención quirúrgica; de la administración de uno o más tratamientos antineoplásicos, y de la duración del tratamiento.

Algunos tratamientos contra el cáncer, como la histerectomía, provocan infertilidad permanente en las mujeres de cualquier edad. La radiación corporal total causa tasas muy altas de infertilidad, pero algunas mujeres jóvenes han tenido hijos después.

 

Otra causa de infertilidad en las mujeres es la insuficiencia ovárica prematura, es decir, la menopausia producida antes de los 40 años. Puede deberse a extirpación quirúrgica de los dos ovarios o al daño causado en éstos por la quimioterapia. La quimioterapia en dosis altas es más destructiva que en dosis más bajas. La quimioterapia con alquilantes, como la ciclofosfamida, es muy tóxica y puede lesionar directamente los ovarios. También la radiación de los ovarios es perjudicial y produce menopausia temporal o permanente.

 

Las mujeres más jóvenes y las que reciben dosis más bajas de quimioterapia o radioterapia tienen más probabilidades de volver a tener la menstruación, aunque no siempre de forma regular. Las mayores de 35 años tienen menos probabilidades de recuperar la fertilidad. Puede deberse a que entre los 30 y los 40 años se reduce el número de óvulos en reserva, por lo que es mayor el porcentaje de óvulos destruidos. En cualquier caso, incluso las mujeres jóvenes tienen riesgo de infertilidad y menopausia prematuras, ya que el tratamiento oncológico puede dañar o destruir los óvulos presentes en los ovarios.

El tratamiento del cáncer puede provocar infertilidad temporal o permanente también en los varones. El varón empieza a producir espermatozoides en la pubertad y sigue siendo fértil el resto de su vida. Para causar una infertilidad permanente, el tratamiento antineoplásico ha de eliminar todas las células madre de los testículos que producen nuevos espermatozoides maduros. Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando se extirpan los dos testículos, cuándo se aplican a éstos dosis altas de radiación o cuando se administran dosis muy altas de quimioterapia alquilante. Es probable que los varones con  cáncer testicular, que normalmente son jóvenes, sean ya infértiles antes de que se les diagnostique la enfermedad, pero alrededor de la mitad recuperan una fertilidad satisfactoria a pesar de la extirpación de un testículo y de recibir quimioterapia.

Hay varios medios para tratar de conservar la fertilidad en las mujeres, pero la mayoría siguen siendo experimentales y se desconocen las tasas de éxito. Algunos no son adecuados para determinadas pacientes, dependiendo del tipo de cáncer.

se extraen óvulos de la paciente y se fecundan en un tubo de ensayo con el semen de la pareja o de un donante. Los embriones resultantes se congelan y almacenan. Han de transcurrir unas dos semanas desde el comienzo del ciclo menstrual de la mujer hasta la obtención de óvulos para la fecundación in vitro; la espera puede ser un problema con un cáncer de crecimiento rápido, como la leucemia aguda. Además, las hormonas administradas para conseguir la maduración de más de uno de los óvulos pueden estimular el crecimiento de las células del cáncer de mama, por lo que los investigadores tratan de utilizar combinaciones de hormonas diferentes para hacer más segura la estimulación hormonal. Otra opción consiste simplemente en obtener el único óvulo que madura en un ciclo menstrual natural, pero las probabilidades de que sea fecundado, sobreviva a la congelación y produzca un parto con hijo vivo al transferirse al útero son inferiores al 10%.

 

Algunas mujeres deciden congelar sus óvulos sin fecundarlos, especialmente si no tienen una relación estable. Más adelante, pueden descongelarse e intentarse la fecundación in vitro. La congelación de óvulos sigue siendo experimental y ha conseguido menos de 200 nacidos vivos en todo el mundo.

 

Algunas mujeres se someten a una extirpación quirúrgica de partes de los ovarios que se congelan antes del tratamiento antineoplásico. Aunque algunos centros han creado bancos de tejido ovárico para estos fines, se trata de una técnica todavía experimental y solo ha conseguido unos pocos embarazos en todo el mundo.

Una opción para las mujeres sometidas a quimioterapia consiste en administrar una hormona para mantener los ovarios en una especie de menopausia temporal durante el tratamiento. Sin embargo, muchos especialistas en infertilidad ponen en duda que las hormonas impidan realmente las lesiones de los ovarios causadas por la quimioterapia. Las inyecciones de hormonas son costosas, y podrían afectar en cierta medida al éxito de la quimioterapia.

 

En las mujeres sometidas a radioterapia, es posible desplazar quirúrgicamente los ovarios fuera de la zona de radiación. En ocasiones pueden colocarse a los lados de la pelvis, fuera del campo de radiación. Hay un 50% de probabilidades de que las mujeres vuelvan a tener la menstruación después de aplicar este procedimiento.

Otras opciones para tener hijos después del tratamiento del cáncer son el uso de embriones u óvulos de donantes, el uso de una madre de alquiler (que es la que lleva al niño en su seno) o la adopción.

La conservación de la fertilidad es mucho más sencilla, económica y eficaz en la mayoría de los varones. Basta con obtener una muestra de semen y congelarla. Esta muestra debe ser anterior a la quimioterapia o la radioterapia pélvica, para evitar que resulte dañada, y debe guardarse en un banco de semen. Puede descongelarse más adelante y utilizarse para inseminación intrauterina o fecundación in vitro.

 

Muchos varones jóvenes diagnosticados de cáncer tienen un semen de baja calidad debido a la enfermedad, a la administración reciente de anestesia o al estrés. Aunque sólo tengan unos pocos espermatozoides vivos en el semen, pueden utilizarse para fecundación in vitro a fin de aumentar las probabilidades de lograr el embarazo. En esta situación, cuando se descongela la muestra, se capturan los espermatozoides más sanos y se inyectan en los óvulos recogidos de la mujer mediante un robot microscópico en el laboratorio.

 

El seguro no cubre normalmente el coste de la conservación de semen en un banco, que asciende a unos 500 dólares para un período de cinco años. Algunos bancos ofrecen condiciones especiales de pago a los pacientes con cáncer. En el caso de los varones que ya no eyaculen semen pero que deseen conservar espermatozoides en un banco, el urólogo puede obtenerlos de las áreas de almacenamiento sobre los testículos o incluso del tejido del interior de éstos mediante una intervención de cirugía ambulatoria.

Algunas personas recuperan la fertilidad después del tratamiento oncológico. No obstante, puede llevarles mucho tiempo.

En las mujeres, la recuperación de la menstruación puede o no indicar fertilidad; es preferible la realización de análisis hormonales y de otras pruebas por un especialista en infertilidad.

 

Las mujeres que hayan recibido quimioterapia o radioterapia en la región pélvica o abdominal deben consultar a un tocólogo antes de intentar quedarse embarazadas, a fin de estar seguras de que tienen el corazón, los pulmones y el útero suficientemente sanos para evitar complicaciones durante el embarazo. Así, sin una niña o una mujer joven reciben radiación que afecte al útero, es importante saber si éste tiene un tamaño normal y si puede dilatarse lo suficiente durante el embarazo.

Los varones presentan a menudo un número bajo de espermatozoides o una motilidad (movimiento) insuficiente en el momento del diagnóstico del cáncer, pero la situación puede mejorar después del tratamiento. La calidad del semen puede ir aumentando a lo largo de varios años después del tratamiento, dependiendo de los fármacos utilizados, de las dosis y de la recuperación individual de cada persona. Aunque el varón pueda producir espermatozoides, su número y su motilidad no siempre son suficientes para concebir sin alguna ayuda médica. Un análisis de semen, en el que se examina éste al microscopio, puede indicar si es probable conseguir el embarazo durante el coito o qué tipo de tratamiento de la infertilidad es necesario. Dado que la situación de cada persona es diferente, es importante que consulte a su médico antes de intentar dejar embarazada a su pareja.

Si desea tener hijos después del tratamiento oncológico, hable del tema con el médico lo antes posible. También es recomendable que hable con un asesor familiarizado con el cáncer y la fertilidad, a fin de prepararse para afrontar los retos y las decisiones que le aguardan.

  • ¿Puedo hacer algo, antes de empezar el tratamiento del cáncer, para aumentar las probabilidades de tener hijos?
  • Estoy interesada en la congelación de óvulos o embriones. ¿Es viable en mi caso? ¿Podría darme más información?
  • Estoy interesado en conservar semen en un banco. ¿Es viable en mi caso? ¿Podría darme más información?
  • He dejado de tener el periodo, pero ¿podría quedarme embarazada? ¿Debería utilizar un método anticonceptivo?
  • ¿Durante tiempo tendremos que evitar el embarazo mientras se administra el tratamiento del cáncer? ¿Es el preservativo el método más adecuado para nosotros?
  • Mi pareja está embarazada. ¿Hay alguna razón especial para evitar el sexo mientras recibo tratamiento contra el cáncer?
  • ¿Causará infertilidad el tratamiento del cáncer? ¿Cree que la situación será temporal o permanente?
  • Ahora que he finalizado el tratamiento del cáncer, me gustaría tener hijos. ¿Está bien que intente quedarme embarazada?
  • Hemos intentado el embarazo sin éxito. ¿Deberíamos hablar con un especialista en infertilidad?