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Madrid, 17 de diciembre de 2019.- Se acerca la Navidad, una época en la que nos reencontramos con nuestros familiares más cercanos y en la que asistimos a numerosas comidas y cenas de celebración. Unas fechas muy señaladas que los pacientes con cáncer viven todavía con más intensidad y que pueden disfrutar de la misma forma que cualquiera si siguen ciertas pautas dietéticas. “Es muy importante que sigan una alimentación saludable y variada que incluya verduras, arroz, legumbres, pescado, carnes, huevos, lácteos y aceite de oliva”, explica el doctor Pedro Robledo, responsable de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Esta dieta debe estar regulada en base a la edad, sexo y, sobre todo, el tipo de tratamiento que está recibiendo el paciente y la fase de la enfermedad en la que se encuentra en esos momentos. Como apunta este especialista, “los síntomas cambian dependiendo del tipo de tratamiento y es necesario adecuar la alimentación en cada caso”.

Así, por ejemplo, los tratamientos con quimioterapia por vía intravenosa, la radioterapia o la inmunoterapia pueden producir alteraciones en el sabor, náuseas o estreñimiento, mientras que los pacientes en tratamiento hormonal refieren más problemas relacionados con el control del peso y alteraciones glucémicas y/o dislipémicas. Asimismo, hay que tener en cuenta también las características de los pacientes que se han sometido a una cirugía y que pueden tener alteraciones en la deglución de los alimentos o malabsorción de nutrientes, lo cual puede provocar que los alimentos no se muevan de manera normal por el tubo digestivo.   

Otro problema ante el que se encuentran los pacientes con cáncer se refiere al reparto energético de las 1.500-2.000 calorías, según necesidades, que las personas deben ingerir fraccionadas en cuatro o cinco tomas. “Los pacientes en tratamiento no siempre son capaces de ingerir alimentos en horas establecidas, ya que pueden tener náuseas por las mañanas, por ejemplo”, detalla el doctor Robledo. Por este y otros motivos, los pacientes con cáncer realizan muchas veces una única comida fuerte al día y, por ello, esta comida no debe contar solo con un aporte calórico adecuado, sino que es clave también revisar que tenga un alto contenido nutricional, en el que las proteínas juegan un papel principal.

Una opción saludable para la cena de Nochebuena

Atendiendo a todas estas indicaciones, es fácil diseñar un menú saludable, variado, sabroso y atractivo para toda la familia, ya que hay muchos alimentos que pueden cumplir con las recomendaciones dietéticas de cada paciente y que pueden ser una opción exquisita para la cena de Nochebuena o la comida de Navidad.

·       Como entrante, por ejemplo, un puré de calabaza podría ser una opción muy recomendable sobre todo en pacientes con cáncer gástrico y cáncer de esófago “por su fácil absorción de los nutrientes y su fácil paso de boca a estómago, respectivamente”, señala el doctor Robledo. Además, debido a su bajo aporte calórico, también puede ser una muy buena opción en pacientes con cáncer de mama, ovario o próstata que están en tratamiento hormonal, ya que suelen aumentar de peso debido a la terapia.

Además, el puré de calabaza aporta carbohidratos, calcio, vitaminas y diversos aminoácidos, por lo que resulta un alimento muy completo a la par que sabroso. Los únicos pacientes en los que no se recomienda el puré de calabaza son aquellos que presentan mucositis (inflamación de las mucosas originada por los tratamientos), ya que este alimento puede generar un efecto irritante sobre las citadas mucosas.

·       Como plato principal, el pavo se presenta como una opción con alto nivel proteico (aporta más de 20 gramos de proteína por cada 100 gramos) y fácil digestión que puede proporcionar energía al músculo, al tiempo que estimula ciertas bacterias de la microbiota que pueden ejercer una función inmunomoduladora.

Además, cocinado con dátiles, puede aportar un extra de energía, muy recomendable en la mayoría de estos pacientes. Es importante controlar este aporte calórico en aquellos en tratamiento con platinos y paclitaxel que, como señala este especialista, “pueden tener la función renal alterada y en los que, por ello, sí se debería controlar su ingesta”.

·       De postre, el yogur puede ser también un alimento muy beneficioso y apto en todos los casos, ya que tiene “un efecto probiótico de gran ayuda contra patógenos de la flora bacteriana intestinal”, argumenta el doctor Robledo. Además, continúa, “el yogur mejora las fases digestivas y aporta diversos minerales como sodio, fósforo o potasio”.

El tipo de cocinado y la frecuencia de consumo de los alimentos es clave  

Además, a nivel de prevención, las condiciones de modificación culinaria en cuanto a temperatura y alto consumo energético pueden influir en el riesgo de origen y desarrollo de un cáncer. Así, por ejemplo, no se deberían consumir más de tres raciones de 125 gramos de carne roja a la semana ni se debería cocinar a altas temperaturas, concretamente no a más de 130 grados centígrados. “No se debería consumir de forma muy frecuente ni alimentos cocinados en barbacoa ni carne quemada”, destaca este doctor.