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Actualmente, hay más de 600 ensayos clínicos estudiando cómo frenar el SARS-Cov-2 en todo el mundo. La pandemia por COVID-19 ha multiplicado su puesta en marcha y, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, España se sitúa como el cuarto país del mundo con más estudios en COVID-19. Un dato que no debería sorprender, puesto que, como explica Mirian Delgado, responsable de la Unidad de Ensayos Clínicos de MD Anderson Cancer Center Madrid, “España se ha convertido en referencia internacional en ensayos clínicos y es un ejemplo a seguir; un tercio de los ensayos en Europa cuentan ya con participación de centros españoles”.

Con motivo del Día Internacional del Ensayo Clínico, que se celebra el próximo 20 de mayo, Delgado subraya que España “ha logrado situarse en los últimos años como uno de los países europeos con mejores condiciones para acoger ensayos clínicos”, si bien reconoce que la gran parte de la sociedad española desconoce este dato.

La realidad es que la población general no conoce el trabajo que hay detrás de un ensayo clínico, el personal que implica y, sobre todo, el coste y el tiempo que supone la obtención de una autorización de comercialización de cualquier fármaco, sea cual sea su indicación”, apunta Delgado, quien destaca también que ocho de cada diez ensayos clínicos son promovidos por la industria farmacéutica en nuestro país.

Los ensayos en fases iniciales, la clave para el avance científico

 Más de un tercio (el 36%) de los ensayos clínicos puestos en marcha en España están en fases iniciales de investigación, es decir, en las primeras pruebas de un fármaco en humanos tras confirmarse su eficacia en modelos animales. “Estas fases son las más complejas, pero también son las fases clave, necesarias para poder probar moléculas potencialmente efectivas”, detalla esta experta, que destaca que estas fases son aún más importantes en un área terapéutica como la oncología.

Los centros que nos dedicamos a la investigación en cáncer trabajamos en la búsqueda de alternativas de tratamiento para pacientes muy tratados y que, en ocasiones, no disponen de otras alternativas de tratamiento”, destaca Delgado. La posibilidad de ensayar un tratamiento experimental en estos pacientes significa ofrecerles una posibilidad terapéutica más y de ahí la importancia vital de apostar firmemente por estos estudios.

MD Anderson Madrid cuenta actualmente con ocho ensayos clínicos abiertos al reclutamiento, es decir, incorporando pacientes, en fases I y, si las circunstancias actuales lo permiten, se abrirán otros cuatro más antes de que comience el verano. “Prevemos que, a finales de año, podremos estar participando en 15-20 ensayos clínicos en fases I”, asegura Delgado, que califica esto de muy positivo.

Un indicador de calidad en los centros oncológicos es contar con unidades de investigación básica y clínica que estén al día de los futuros tratamientos y puedan adelantarse a posibles cambios de protocolos dentro de ensayos clínicos”, señala esta especialista. Para ella, es “imprescindible poder contar con una unidad de fases I propia, compuesta de personal altamente cualificado, para poder ofrecer a los pacientes los tratamientos más novedosos”.

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