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Madrid, 9 de mayo, 2022.- En 2022 se diagnosticarán 22.295 nuevos casos de cáncer de vejiga en nuestro país, una cifra que convierte a este tumor en el quinto con mayor incidencia en España.1 El desarrollo de este tipo de cáncer se relaciona con factores ambientales, con el consumo de tabaco como principal factor de riesgo, junto con la ingesta de alcohol y la exposición a la contaminación. El abordaje inicial en cáncer de vejiga es común a todos los pacientes, realizando la resección del tumor para que después la histología defina si es infiltrante o no. “Pero la diferencia fundamental está en aquellos que son infiltrantes, porque tienes que quitarle la vejiga al paciente”, advierte el Dr. Fernando Lista, jefe de Sección de Endourología de MD Anderson Cancer Center Madrid. Lo habitual en estos casos es que, tras esta operación, se deba construir una bolsa, similar a la colostomía, con un segmento intestinal.

“Nosotros, en el 90% de los casos, salvo que no podamos por contraindicación quirúrgica o porque esté invadida la uretra, construimos una neovejiga, algo que no se tiende a hacer porque es más compleja y el postoperatorio es más complicado”, advierte el doctor. Esta singular operación consiste en construir una “vejiga nueva” para el paciente, con un segmento de intestino se realiza una especie de bolsa, que después se une a la uretra y los uréteres para que esta nueva vejiga pueda realizar correctamente su función excretora.

Según explica el doctor Lista, aunque aparentemente para la calidad de vida del paciente no debería tener ninguna relevancia que él tuviera un estoma u orinase de manera normal, la realidad es que sí la que la tiene. “Mejora de manera exponencial la calidad de vida del paciente y, sin duda, su autoestima, porque la percepción de ‘yo tenía un tumor y me lo han quitado y yo por fuera no me veo nada’ es de gran importancia”, puntualiza el especialista. Este tipo de abordaje, recuerda el doctor, está indicado para pacientes de 50-60 años, en buen estado general y sin demasiadas patologías concomitantes. “Hoy en día, en MD Anderson Madrid, en el 90% de los casos se hace una neovejiga”.

El manejo multidisciplinar maximiza las posibilidades de recuperación del paciente

El síntoma más frecuente del cáncer de vejiga es la presencia de sangre en la orina (hematuria), lo que hace que el paciente acuda en seguida al médico y la mayoría de los casos se diagnostican cuando la enfermedad está localizada, prácticamente en un 90% de los casos. Por eso, a pesar de que es un tumor frecuente, la mortalidad es relativamente baja. “En este sentido, el manejo multidisciplinar de la parte quirúrgica, de la parte de radioterapia y de la parte del tratamiento sistémico o tratamientos intravesicales son imprescindibles”, explica el Dr. Enrique Grande, jefe del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Madrid y jefe de Investigación Clínica de la Fundación MD Anderson España. “Las opciones para el paciente crecen, las opciones para preservar la vejiga son mayores y las opciones para curar al paciente aumentan si el centro ofrece todo el abanico de especialistas en torno al tumor”, sostiene el doctor.

En los cánceres de tipo localizado, el tratamiento habitual es la resección del tumor. Pero la clave es el tratamiento y la discusión en cada caso de una manera multidisciplinar en el seno del equipo, en el que influyen desde el patólogo, el urólogo, el oncólogo médico, el oncólogo radioterápico, el radiólogo, e incluso la medicina nuclear, “porque este tipo de tumor puede querer acercarse a los huesos y hay que ser rápido. Si el oncólogo lo ve o lo sospecha en la consulta, ese mismo día le veo yo, le hago una cistoscopia y le miro la vejiga. Si tiene tumor, se le opera a los 3-4 días. El límite de que sea superficial o sea infiltrante pueden ser semanas”, afirma el doctor Fernando Lista.

Acceso a terapias innovadoras

El rápido acceso a las terapias innovadoras juega un papel imprescindible en la supervivencia del paciente con cáncer de vejiga. Entre un 8% y un 22% de los pacientes tienen alteraciones del gen FGFR (receptor del factor de crecimiento de fibroblastos) y “en MD Anderson Madrid tenemos terapias dirigidas contra esa alteración”, señala el doctor Grande. El hospital también dispone de estudios clínicos que van contra otro gen, que es el HER2, el del cáncer de mama, en el cual los pacientes que tienen mutaciones (no amplificaciones, que es lo que se ve en la mama) también tienen una terapia dirigida.

Otro de los proyectos de MD Anderson Madrid sobre cáncer de vejiga se centra en mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer urotelial metastásico al reducir el número de tratamientos de quimioterapia, todo ello sin deterioro en las tasas de supervivencia. Este es el objetivo del estudio DISCUS que el centro oncológico lidera a nivel mundial junto al St. Barth Hospital, en Londres, y que ha puesto en marcha a finales del mes de abril.

El desarrollo de tests genéticos que se hacen a través de la orina y que detectan la probabilidad de sufrir cáncer de vejiga en un episodio de hematuria en el que no encuentres nada en concreto en la vejiga, el tracto urinario superior o el uréter, es otra de las opciones que el centro ofrece a sus pacientes, y que detecta la mutación de tumores difíciles de ver con técnicas tradicionales.

Además, el centro lidera un ensayo clínico con pacientes a los que se les ha quitado la vejiga, a los que se les realiza un análisis de sangre para ver el ADN tumoral circulante; es decir, el material genético del tumor que circula en la sangre. “Si lo detectamos, es que lógicamente tiene células del tumor que están circulando, con lo cual el riesgo de recaída es mayor y tenemos tratamientos contra ello”, concluye el doctor Grande.