La inmunoterapia en cáncer de pulmón ha supuesto una revolución en el tratamiento de esta patología. Gracias a ella, a día de hoy tenemos pacientes largos supervivientes en nuestras consultas, y es preciso que aprendamos a manejar los efectos adversos derivados de ellas.
La inmunoterapia se establece como estándar de tratamiento en el estadio localmente avanzado de cáncer de pulmón, con un mantenimiento de un año de duración tras el tratamiento radical de quimio-radioterapia, con aumento de la supervivencia objetivada ya a 4 años de seguimiento.
Respecto al estadio avanzado, a día de hoy el único biomarcador disponible es PD-L1, el cual va a clasificar a los pacientes en altos y bajos expresores, para determinar la estrategia de inmunoterapia sola o en combinación con agentes citotóxicos.
Pasando al área de toxicidad específica pulmonar provocada por la inmunoterapia, cabe destacar la importancia de la detección precoz. Una vez establecida, debemos graduar la afectación para valorar la intensidad de tratamiento y debemos reevaluar estrechamente la respuesta al mismo, sin olvidarnos de la necesidad de descartar complicaciones infecciosas que suelen aparecer de forma asociada a las neumonitis inmunomediadas.
Recomendamos hacer una valoración neumológica inicial para así poder predecir los pacientes de alto riesgo de complicaciones según sus antecedentes personales.
Por último, hacemos especial mención al manejo multidisciplinar con el equipo de neumología y radiología fundamentalmente, para el correcto estudio y manejo de esta toxicidad.
Dra. Isabel Burgueño
Servicio de Oncología Médica. MD Anderson Madrid