El cáncer de cabeza y cuello, que también afecta a la mandíbula o el maxilar, “tiene una incidencia muy significativa principalmente debido a dos factores de riesgo como son el abuso de tabaco y el alcohol, aunque estudios recientes revelan que el virus del papiloma humano es un factor a tener cada vez más en cuenta en España, sin olvidar algunas causas genéticas”, explica el Dr. Néstor Montesdeoca, jefe del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial de MD Anderson Cancer Center Madrid.
El tratamiento de los tumores de cabeza y cuello requieren habitualmente un abordaje quirúrgico combinado con quimioterapia y radioterapia para conseguir los mejores resultados. “Pero además, los pacientes necesitan tras el tratamiento una reconstrucción que les garantice una buena deglución, calidad en el habla, un rostro armónico e incluso una buena masticación mediante la rehabilitación con implantes dentales”, continúa el Dr. Montesdeoca.
El Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial de MD Anderson Cancer Center Madrid atiende no solo los casos de pacientes con cáncer facial, sino que el equipo médico también trata de prevenir y preparar la boca de otros pacientes oncológicos para reducir las posibles complicaciones bucodentales que puedan derivarse de la quimioterapia o radioterapia. “Cuando una persona tiene que recibir cualquiera de estos tratamientos es importante que las piezas dentales estén sanas, que no haya infecciones que puedan ocasionar problemas más graves”, puntualiza el especialista.
Tecnología de última generación para la reconstrucción facial
A través de un acuerdo de colaboración con ingenieros del Instituto Tecnológico de Canarias, el Cancer Center diseña prótesis a medida para el remplazo de la articulación temporomandibular y para la reconstrucción de los maxilares, la órbita y el cráneo. Con el empleo de técnicas de diseño 3D por ordenador se logra una reconstrucción individualizada de la zona afectada por el tumor.
La planificación virtual del procedimiento de forma previa a la cirugía y el uso de modelos reales ayuda no solo a determinar la zona que debe ser tratada, sino también a poder planificar y anticipar el resultado de la reconstrucción. “Realmente este es un campo donde la medicina y la ingeniería se dan la mano para tratar de conseguir el mejor resultado en términos de calidad de tratamiento y seguridad para el paciente”, explica el Dr. Montesdeoca de MD Anderson Cancer Center Madrid.