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Madrid, 8 de mayo de 2017.- Cada año, 3.200 mujeres son diagnosticadas con cáncer de ovario en nuestro país, lo que sitúa a este tumor en el quinto lugar de frecuencia entre las mujeres en España, justo a continuación de los cánceres de mama, colon, útero y pulmón. Además, explica el doctor Javier de Santiago, jefe del Servicio de Ginecología Oncológica de MD Anderson Cancer Center Madrid,un 70% de estas mujeres son todavía diagnosticadas en fases avanzadas, lo cual afecta de forma importante al pronóstico y evolución de la enfermedad”.

 

Hasta ahora, como explica el doctor de Santiago, si bien se han hecho esfuerzos encaminados a conseguir un diagnóstico precoz de la enfermedad gracias a un cribado poblacional como el que se hace en cáncer de mama y cuello de útero, la realidad es que, reconoce, “los esfuerzos han sido poco eficaces hasta la fecha”. Para los próximos años, eso sí, este especialista en ginecología oncológica confía en el uso de marcadores genéticos y proteómicos para lograr este objetivo preventivo.

 

Donde sí se ha avanzado más es en el incremento de la tasa de supervivencia de estas mujeres gracias, apunta el doctor de Santiago, a “la mejora de las técnicas quirúrgicas y quimioterápicas utilizadas de forma secuencial y programada desde el principio del tratamiento”.

 

 

La importancia de la citoreducción completa

En cáncer de ovario, el debate entre qué tipo de cirugía, a diferencia de lo que ocurre en otro tipo de tumores, está muy superado. “Una cirugía adecuada y radical es fundamental para conseguir un impacto apropiado en supervivencia”, subraya el doctor de Santiago, que explica que esta es una cirugía complicada en la que “no solo interesa la pelvis sino que, con frecuencia, es fundamental también la intervención sobre otros

 

órganos y regiones anatómicas como el peritoneo, los ganglios, el hígado o el bazo, entre otros”. Estas localizaciones, clásicamente consideradas como no resecables, son ahora abordables gracias al importante esfuerzo que han hecho los cirujanos oncológicos en formación y entrenamiento para poder llegar a ellas.

 

Gracias a este abordaje, ahora sí es posible alcanzar el objetivo de citoreducción completa, es decir, que no quede enfermedad visible tras realizar la intervención o, al menos, que esta sea mínima. De hecho, apunta el doctor de Santiago, “si este objetivo no es alcanzable, la cirugía solo tiene un papel paliativo o de alivio de síntomas, por lo que es mejor optar por un tratamiento quimioterápico”. Precisamente por esto es especialmente importante no solo el entrenamiento de los profesionales, sino también la selección del perfil de pacientes candidatos a la intervención quirúrgica.

 

Precisamente en los procedimientos de diagnóstico utilizados para la selección de estas candidatas sí se ha avanzado bastante en los últimos años. “Disponemos de métodos diagnósticos cada vez más precisos que nos permiten conocer el alcance y la situación de la enfermedad previa a la cirugía”, destaca este especialista, que apunta fundamentalmente a la utilización de la tomografía por emisión de positrones – tomografía computada (PET-TC) y la resonancia de difusión, la laparoscopia o las técnicas endoscópicas, que permiten incluso el tratamiento con éxito de algunos tipos de cáncer de ovario, sobre todo en estadios iniciales.

 

 

Tratamiento y asistencia clínica personalizada

En los últimos años, también se han producido importantes progresos en el campo de los tratamientos contra el cáncer de ovario, que tradicionalmente había tenido opciones terapéuticas limitadas. “El desarrollo de fármacos antiangiogénicos, la farmacogenómica y la inmunooncología permiten hoy día un tratamiento mejor dirigido a cada tipo de tumor y a cada tipo de paciente”, apunta el doctor de Santiago.

 

Además, gracias a la Unidad de Ensayos Clínicos de MD Anderson Madrid, este centro ha podido ser “pionero en el desarrollo e implementación de estos nuevos avances terapéuticos, tanto como primera línea de tratamiento como en el caso de recidivas”, apunta este especialista, que asegura también que ello no habría sido posible sin un equipo de especialistas multidisciplinar como el que tiene detrás este centro oncológico.

 

Como explica este profesional, “en MD Anderson Madrid utilizamos esta filosofía de tratamiento desde el inicio y todos los casos son presentados y comentados en un comité multidisciplinar compuesto por ginecólogos oncólogos, oncólogos médicos, radioterapeutas, radiólogos, anatomopatólogos, enfermeras y expertos en ensayos clínicos”, algo que permite adecuar mucho más el tipo de tratamiento que necesita cada paciente. Asimismo, existe comunicación directa con MD Anderson Cancer Center Houston para casos clínicos especialmente complejos.

 

 

Campaña de concienciación

En esta línea, la Fundación MD Anderson Cancer Center España ha puesto en marcha la campaña de concienciación “Lo que el cáncer no puede hacer”, en colaboración con la Asociación de Afectados por Cáncer de Ovario (ASACO). El objetivo de la campaña, que comienza el 8 de mayo y se mantendrá durante una semana más, es “transmitir un mensaje positivo y de esperanza”, explica Patricia Pradera, miembro de la Fundación MD Anderson. Dirigida tanto a pacientes como a no pacientes, la campaña busca trabajar en adquirir una nueva normalidad en la que el cáncer no sea el centro de la vida de la paciente.

 

Para ello, desde la Fundación han puesto en marcha dos acciones encaminadas a la consecución de este objetivo: la creación de un gran lazo compuesto por la cara de muchas mujeres diferentes para simbolizar, explica Pradera, “que el cáncer de ovario le puede tocar a cualquier mujer”, y la realización de un collage que se expondrá en un gran mural en la entrada principal del hospital. “Para completarlo, se le va a pedir a la gente que colabore añadiendo frases sobre lo que el cáncer no puede hacer a partir de palabras recortadas o creadas a partir del material disponible”, explica Pradera, quien señala que el mural estará expuesto desde el lunes 8 al lunes 15 de mayo

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