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  • Aunque los pacientes oncológicos deben extremar aún más las medidas de prevención frente a la COVID-19 estas Navidades, es clave que no centren el foco solo en las cosas que no pueden hacer este año para evitar la frustración
  • Es fundamental que estos pacientes expresen abiertamente sus emociones y que normalicen la comunicación abierta con su entorno
  • El entorno del paciente oncológico juega un papel clave durante estas festividades y debe saber transmitir seguridad, escuchar y ser flexible con el paciente en todo momento

 

Madrid, 15 de diciembre de 2020.- Un año más llega la Navidad, una época en la que siempre nos hemos reencontrado con nuestros familiares y en la que hemos realizado un sinfín de actividades muy especiales con motivo de celebración de estas fechas tan señaladas. Sin embargo, este año ha sido especial y las Navidades también serán algo distintas. Este año, “todas las personas tenemos que cumplir una serie de medidas preventivas para intentar evitar al máximo los contagios y, por ende, frenar la pandemia que estamos viviendo”, explica Marta de la Fuente, responsable de la Unidad de Psicooncología de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Unas medidas preventivas y unos cuidados que los pacientes oncológicos, al ser de riesgo, deben adoptar de una forma mucho más estricta. Por ejemplo, surge la necesidad de cumplir de forma precisa la recomendación de las autoridades sanitarias de celebrar estas fechas solo con los convivientes o de procurar estar siempre en sitios abiertos o muy bien ventilados.

Como consecuencia de la gravedad de la situación actual y de las medidas adoptadas, el paciente oncológico puede llegar a generar una sensación de aislamiento excesivo, queriendo dejar de lado la gran mayoría de actividades de las que ha podido disfrutar en años anteriores como, por ejemplo, dar un paseo para ver las luces de Navidad, siempre en horarios sin excesivo tránsito.

Estos sentimientos de miedo y preocupación se traducen en la necesidad de evitar a toda costa las posibles situaciones de contagio debido a la condición de paciente de mayor riesgo en lo que a esta pandemia respecta. Sin embargo, aunque “todo esto deriva de manera inevitable en unas Navidades muy diferentes, no necesariamente han de ser unas Navidades frustradas”, apunta.

Es imprescindible tener en cuenta que los pacientes con cáncer suelen vivir las emociones con más intensidad durante estas fechas. Por lo que, dependiendo de la personalidad del paciente o incluso del proceso oncológico que esté llevando, la época navideña puede afectarle más positivamente o de manera más melancólica, con emociones de tristeza, añoranza e incluso rabia. “Muchas veces también depende de cuáles hayan sido las experiencias previas de estos pacientes, del tipo de relaciones personales y familiares que este tiene o incluso de las pérdidas que se hayan sufrido o no en los últimos años”, detalla la psicooncóloga.

Así, el paciente con cáncer puede enfrentarse en estos días a una serie de nuevos y diferentes obstáculos como que algún familiar no tenga la misma concienciación a la hora de sus cuidados o que puedan sentirse juzgados por su entorno al llevar las medidas de prevención de manera estricta. También el hecho de no poder dar pie a las muestras de cariño con los familiares o seres queridos en unas fechas que siempre llaman a este tipo de comportamientos. “Con la imposición de este tipo de restricciones, estamos frenando precisamente la esencia de lo que son las Navidades en sí, lo cual puede mermar parte de la ilusión del paciente”, señala de la Fuente.

Las Navidades en tiempos de Covid-19 también se pueden disfrutar

Para disfrutar de las Navidades tanto como en años anteriores, es fundamental que estos pacientes sean capaces de expresar abiertamente con su entorno sus emociones acerca de lo que esta situación tan peculiar les está generando por dentro y que normalicen la comunicación abierta, que sin duda es muy saludable. Por otro lado, tienen que evitar centrarse en la queja o en recordar lo raras que pueden ser estas Navidades. Esto es, “más que centrar la atención en todo lo que la Covid-19 nos ha quitado, hay que valorar lo que sí se puede hacer, sin dejar atrás las precauciones necesarias”, afirma.

También puede resultar clave el hecho de darle dinamismo a los temas de conversación durante estas festividades y evitar hablar constantemente del monotema de la pandemia. Es decir, es algo que sin duda hay que tener presente, pero sin ser una constante en nuestras conversaciones. Además, las muestras de cariño y de afecto juegan un papel muy importante este año. “Tenemos que aprender a expresar nuestro afecto a través de las miradas, las palabras, potenciando mucho la comunicación verbal que a veces podemos dejar de lado”, concluye.

Ahora bien, el quid de la cuestión recae la mayoría de las veces en el rol que desempeñe el entorno de este paciente a lo largo de estos días tan marcados. Para ello, es clave transmitir seguridad, escuchar y ser flexible con el paciente a la hora de afrontar estas fechas, de modo que se respete siempre su ritmo. En palabras de la especialista: “Debemos proponer, animar y preguntar; no imponer, ignorar y obligar”. Asimismo, es imprescindible no intentar bloquear los sentimientos negativos que pueda experimentar el paciente, sino que se debe permitir un desahogo para después ayudarle a buscar esa ilusión en una época tan especial como esta.