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Madrid, 7 de febrero de 2024.- Es importante saber reconocer las señales de alarma del cáncer de mama. Un bulto nuevo en la mama o en la axila, hinchazón, escozor o enrojecimientos en la zona son solo algunos de los signos que nos pueden alertar de que algo no está yendo bien. Aun así, lo importante es detectar el tumor antes de que manifieste síntomas, para lo que es imprescindible acudir a las revisiones ginecológicas periódicas, y es que el diagnóstico precoz del cáncer de mama ha demostrado un aumento de la supervivencia de las pacientes, así como una mejor calidad de vida.

En este sentido, las unidades de radiología mamaria juegan un papel fundamental, desde donde se gestionan o realizan todas las pruebas necesarias para alcanzar un diagnóstico definitivo. La figura del radiólogo especialista en mama ha cambiado sustancialmente en los últimos años, consagrándose como un profesional no solo esencial en el diagnóstico y orientación de la patología mamaria, sino también en el tratamiento y seguimiento de la misma. Por esta razón, la Dra. Silvia Pérez, jefa de la Sección de Radiología de la Mama en MD Anderson Cancer Center Madrid, recalca la necesidad de contar con un radiólogo de confianza.

“Es importante poner a este profesional en tu vida y tener siempre al mismo radiólogo de referencia especializado en mama. Decidimos qué pruebas son las que hay que hacer y, una vez realizadas, somos los responsables de evaluarlas, controlar el proceso y diagnosticar”, explica la especialista, quien reivindica que la Radiología desempeña un papel fundamental en el manejo integral del cáncer al proporcionar información precisa y detallada sobre la enfermedad.

“Damos una probabilidad de malignidad en función de las pruebas que se han ido realizando y, a partir de ese momento, decidimos cuántas lesiones hay de sospecha y cuántas requieren una biopsia, así como qué tipo de procedimiento de biopsia se llevará a cabo”, continúa la Dra. Pérez. En este sentido, incide en la correlación directa del radiólogo con el resto de los profesionales que forman parte del proceso. Desde el patólogo hasta el cirujano, el oncólogo y el ginecólogo, que son los que posteriormente decidirán el tratamiento indicado para la paciente.

Si se diagnostica erróneamente desde el punto de vista radiológico, todo el abordaje que se realiza a continuación se ejecutará mal

En la planificación de la cirugía de cáncer de mama, el papel del radiólogo resulta fundamental. Así lo asegura la Dra. Gloria Ortega, responsable de cirugía de la mama en MD Anderson Madrid, quien destaca que, actualmente, el cáncer de mama se diagnostica en estadios muy precoces. “Esto quiere decir que son tumores no palpables, solo visibles por pruebas radiológicas y, por tanto, es fundamental la colaboración entre el radiólogo y el cirujano a la hora de poder identificar y extirpar completamente las lesiones”, explica.

Por otro lado, en tumores más avanzados, la Dra. Ortega incide en que es muy frecuente que se utilice la quimioterapia como tratamiento inicial, lo que produce una reducción en el tamaño tumoral e incluso la desaparición de las lesiones, las cuales solo son detectables mediante técnicas de radiología.

“Existe un comité que congrega a todos los especialistas y en el que principalmente se discute sobre las imágenes radiológicas. Esto es crucial, ya que estas imágenes determinarán el abordaje quirúrgico y la estrategia que adoptaremos con la paciente. Si se diagnostica erróneamente desde el punto de vista radiológico, todos los que venimos detrás lo hacemos mal”, agrega la Dra. Laura García Estévez, jefa de la Sección de Tumores de Mama del mismo hospital, incidiendo en la trascendencia de esta figura en el proceso oncológico.

El papel de la IA en el diagnóstico de cáncer de mama

La inteligencia artificial (IA) tiene mucho que decir en el terreno de las pruebas diagnósticas y se está convirtiendo en un aliado de los radiólogos. Según apunta la Dra. Pérez, el uso de esta tecnología en diagnóstico de cáncer de mama consiste en la aplicación de unos softwares a las imágenes radiológicas, que sirven como asistente en el proceso diagnóstico o de cribado. Uno de los campos donde se aplica es en las mamografías que se realizan las pacientes en los chequeos anuales o bianuales, donde estos softwares pueden actuar como uno de los radiólogos, llegando incluso a sustituirlos y siendo únicamente analizadas por el programa.

Otro de los campos donde se aplica la IA es en pruebas diagnósticas como la ecografía. “En nuestro caso, empleamos un software que, al proporcionar dos imágenes y hacer clic en cada una de ellas, nos ofrece el nivel de sospecha asociado a esas imágenes. Finalmente, también se está empezando a utilizar para la predicción de riesgo, ya que, dado que el software se nutre de muchas imágenes que le hemos dado previamente, analiza una mamografía y puede calcular el riesgo aproximado que tiene esa paciente en desarrollar un cáncer de mama en los siguientes 5 años”, subraya.

Además de la mejora diagnóstica, la agilidad en el análisis de las imágenes y la detección temprana, la IA está permitiendo solventar uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la profesión: la falta de radiólogos especializados en mama.