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Salud Ósea


La pérdida de masa ósea es habitual a medida que las personas envejecen. Las células que ayudan a reconstruir el hueso no se sustituyen al mismo ritmo, lo que hace que los huesos se tornen delgados y porosos (llenos de agujeros diminutos). Este trastorno, denominado osteoporosis, es el tipo más frecuente de enfermedad ósea. Los pacientes con osteoporosis tienen más probabilidades de sufrir fracturas y discapacidades dolorosas debido a los huesos debilitados y frágiles.

Más del 80% de los casos de osteoporosis se producen en mujeres posmenopáusicas, que presentan niveles más bajos de estrógenos, una hormona esencial para la densidad ósea. La pérdida ósea también puede surgir en varones y mujeres con nutrición deficiente, con aporte insuficiente de calcio y vitamina D o que están postrados en cama durante mucho tiempo por una enfermedad.

Los tratamientos contra el cáncer también pueden contribuir a la pérdida de hueso. Las posibles causas de osteoporosis y fracturas óseas relacionadas con el cáncer comprenden:

 

  • Algunos quimioterápicos reducen la concentración de calcio del cuerpo
  • Radioterapia sobre la región pélvica, especialmente en las mujeres mayores de 65 años
  • Diseminación (metástasis) del cáncer al hueso desde la localización original del tumor
  • Tratamiento hormonal para suprimir la testosterona en los pacientes con cáncer de próstata
  • Tratamiento con esteroides

 

Consejos para mantener la salud ósea

Hay varias medidas que ayudan a reducir el riesgo de pérdida ósea y que favorecen la existencia de unos huesos fuertes y sanos durante el tratamiento del cáncer.

 

Detección precoz: un estudio de la densidad ósea puede determinar si existe pérdida ósea. Dicho estudio puede realizarse antes, durante y después del tratamiento del cáncer.

 

Calcio: este mineral mantiene la salud y la resistencia de los huesos. El calcio disminuye a medida que envejecemos, por lo que es importante reponerlo con la alimentación o con un suplemento. Entre los alimentos ricos en calcio figuran queso, yogur y brécol o elija alimentos enriquecidos en calcio, como zumo de naranja, leche y pasta. La vitamina D ayuda a que el cuerpo absorba y conserve el calcio. La vitamina D se fabrica en la piel utilizando energía procedente de la luz y también se encuentra en alimentos enriquecidos en vitamina D, como la leche.

 

Bisfosfonatos: estos medicamentos reducen la velocidad de pérdida ósea e incluso pueden favorecer el crecimiento de hueso nuevo.

 

Ejercicio: la actividad física con apoyo en carga (caminar, bailar, subir escaleras y saltar a la comba) estimula la producción de células formadoras de hueso y contribuye a formar los músculos, lo que proporciona mayor estabilidad.

 

Mantenimiento de un peso saludable: una dieta nutricionalmente equilibrada es esencial para lograr unos huesos sanos. Los pacientes con un peso insuficiente son más propensos a la pérdida ósea y las fracturas.

 

Prevención de caídas: adopte medidas para hacer que su entorno esté exento de peligros que pueden causar una caída. No deje papeles o revistas en el suelo y retire las esterillas y otras cosas con las que pueda tropezar.