Cirugía
Melanomas de menos de un milímetro de espesor Un melanoma delgado, es decir, de menos de un milímetro de espesor (estadio 1A o 1B), se trata habitualmente con una escisión local amplia de la piel, en la que el cirujano extirpa el melanoma y una zona a su alrededor. La cantidad de piel que se extirpa y el grado de cicatrización guardan relación con el tamaño de la lesión o lunar. En general, estos pacientes no necesitan tratamiento adyuvante como quimioterapia, inmunoterapia o radioterapia.
Dependiendo del tamaño del tumor, la escisión local puede realizarse en régimen ambulatorio u hospitalario, normalmente con anestesia local. La zona puede requerir puntos de sutura y la recuperación puede tardar unas semanas. La intensidad de la cicatriz depende del tamaño, la profundidad y la localización del melanoma.
Melanomas de más de un milímetro de espesor Los melanomas de un milímetro o más de espesor son algo más graves que los melanomas delgados porque son más propensos a diseminarse a otras partes del cuerpo. En caso de melanomas de mayor tamaño, además de una escisión local amplia, el cirujano practica a menudo una biopsia ganglionar para comprobar si se han diseminado las células cancerosas. En una biopsia ganglionar se extirpan quirúrgicamente los ganglios linfáticos ubicados en la zona del cáncer para comprobar si contienen cáncer. El médico puede optar por realizar una biopsia del gangliolinfático centinela, en la que únicamente se extirpa el ganglio linfático más próximo al tumorpara comprobar si existe cáncer. Cuando el ganglio linfático más próximo al tumor está exento de cáncer, no resulta necesario comprobar ni extirpar los otros ganglios linfáticos.
Melanoma metastásico (estadio IV) En este estadio, el melanoma se ha diseminado a piel o ganglios linfáticos distantes o a otros órganos, tales como pulmones, hígado o cerebro. Los cirujanos no suelen operar para extirpar estas metástasis. Aun cuando pudieran extirparse metástasis grandes, es muy probable que haya otras más pequeñas en otros lugares que podrían pasarse por alto. Sin embargo, es posible que el tratamiento siga siendo capaz de mejorar los síntomas y de prolongar la vida. El médico podría recomendar el uso de quimioterapia o inmunoterapia sistémica para mejorar la calidad de vida del paciente.
Inmunoterapia
Pueden inyectarse varios productos de inmunoterapia en la piel para tratar cánceres de piel. El más utilizado es el interferón alfa, que actúa estimulando la respuesta inmunitaria del organismo para destruir el tejido del cáncer de piel. El tumor se reduce de manera progresiva. La destrucción es relativamente específica, por lo que normalmente se respeta el tejido sano. Pueden producirse enrojecimiento, inflamación y síntomas seudogripales como parte de la respuesta del sistema inmunitario. Es posible que se necesiten varias inyecciones, administradas con varios meses de diferencia, para erradicar un cáncer de piel de mayor tamaño.
El interferón también puede utilizarse en las personas cuyo melanoma se ha diseminado más allá del foco original del cáncer a uno o más ganglios linfáticos, a fin de evitar o retrasar las recidivas del melanoma. En este caso, se administra durante un año para reducir el riesgo de que reaparezca el melanoma. Durante las primeras cuatro semanas se administra una dosis alta de interferón por vía intravenosa cinco días a la semana; durante el resto del año se inyecta una dosis más baja debajo de la piel tres días a la semana, algo que habitualmente hace el propio paciente.
Injertos cutáneos
Cuando ha de extirparse una zona extensa de piel durante la cirugía, puede realizarse un injerto cutáneo para reducir las cicatrices. En un injerto cutáneo, el cirujano anestesia primero y extirpa a continuación una zona de piel indemne de otra parte del cuerpo, como la porción superior del muslo, y la utiliza seguidamente para sustituir la piel extirpada con el fin de cubrir la herida dejada por la intervención. Todo ello se realiza en el momento de la cirugía del cáncer de piel. El cirujano anestesia primero y extirpa a continuación un parche de piel indemne de otra parte del cuerpo. Después se utiliza ese parche para cubrir la zona de la que se extirpó el cáncer de piel. En caso de que reciba un injerto cutáneo, ha de tener especial cuidado de la zona hasta que cicatrice.
Radioterapia
La radioterapia puede emplearse para tratar todos los tipos de cáncer de piel. La radioterapiautiliza fotones (rayos X) de alta energía para destruir tejidos. Se dirige contra el foco tumoral y un borde circundante de piel. Se preparan protecciones personalizadas para cada paciente con el fin de proteger la mayor parte posible de tejidos no diana.
La radioterapia puede ajustarse para que sea superficial o muy profunda, lo que significa que puede tratar diversos tumores. Debidamente aplicada, la radioterapia logra tasas elevadas de curación con escasa o nula formación de cicatrices. Los pacientes con varias lesiones en una zona de la piel pueden ser tratados con radioterapia en lugar de con cirugía. La radioterapiapuede combinarse con quimioterapia (quimiorradioterapia) para tratar tumores avanzados.
Control de los melanomas
Los pacientes con melanoma corren un riesgo elevado de padecer melanomas nuevos. Algunos también tienen riesgo de recidiva del melanoma original en la piel circundante o en otras partes del organismo. Las probabilidades de recidiva son mayores en los pacientes cuyo melanoma tiene un espesor importante o se ha diseminado al tejido cercano que en aquellos con melanomas de poco espesor. Los familiares de las personas con melanomatambién deben someterse a revisiones periódicas para identificar melanomas.
Para aumentar la probabilidad de detectar un melanoma nuevo o recurrente lo antes posible, los pacientes deberán seguir el calendario de revisiones periódicas indicado por el médico. La asistencia de seguimiento de las personas con un riesgo elevado de recidiva puede incluir radiografías, análisis de sangre y estudios de imagen de tórax, hígado, huesos y cerebro.
Es especialmente importante que los pacientes con nevos displásicos (lunares atípicos) y antecedentes familiares de melanoma se sometan a revisiones frecuentes. Las personas con melanoma también deben vigilarse cuidadosamente la propia piel para detectar cambios.